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¡Que viva el humor!

humor, drama, actuacion y voces

 

¡Que viva el humor! Con el tiempo, los acentos y las voces que he ido puliendo se han hecho lugar en proyectos de locución y en teatro, también los he incorporado en algunos de mis cuentos y ahora forman parte de esta iniciativa y de mi día a día. Este proyecto se llama “La plural, está compuesto por una serie de videos que van saliendo semanalmente. Es un sueño que se hace realidad. Desde los 6 años, cautivada por el entorno en el que crecí en Caracas, lleno de inmigrantes, comencé a reproducir sus acentos, a crear historias y personajes en torno a los distintos matices que me brindaba la lengua. 

 

Drama y variedad de personajes

¿Quién es Marcela Grandini? Una mujer sensual, sexual, dramática, elegante, feminista, amante del vino…que ha vivido el desplante mayúsculo de su ex esposo, y, cansada de ello, un día da el salto…¿cómo es ese salto? Lleno de risa, de llanto, de rabia, de ganas de amar y ser amada, de nostalgia, de confesiones, de secretos que deciden ser nombrados. Nacida en Buenos Aires, Argentina, radicada en Barcelona desde hace 30 años.

 

Con ella llegan también,

de Cataluña: La Montse acompañada de Papelón, interpretado por Ernesto Montero, actor venezolano. Yojendrix, personaje con un habla peculiar, oriundo de Venezuela, La Chichi, sifrina, fresa, pija venezolana amante del New Age, y Amparo, viejecita criolla que reflexiona, teje y se dedica a las artes.

 

Como todo sueño es puesto en vuelo gracias a que otros soñadores apoyan con sus alas, ahora da el salto a las redes, con base en mi canal de Youtube, donde os espero!!!

 

Y es por eso que quiero agradecer con el corazón a Sol Ángel Borrero que terminó de animarme a dar el paso, que graba y edita cada video, mientras aprendemos por el camino y disfrutamos de estar más cerca de vosotros.

 

También quiero agradecer a Ernesto Montero, excelente actor, amigo sincero que se ha unido a nuestra aventura y a José Miguel Quintero, quien lleva mi página y mi blog con eficiencia, que está cerca para reír y dar su óptica juvenil.

 

¡Os espero!

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Sant Jordi 2013

Hoy convergen en este punto del espacio virtual, un loco, un trapecio y un tintero. Quizás el loco montó en el trapecio y roció de tinta el paisaje, o el tintero invitó al loco a bañarse en su tinta y una vez moreno, salió a tomar el aire en el trapecio, con toda seguridad de semejante combinación pueden surgir muchas historias. Lo cierto es que nos ha llegado esta postal, de parte de los tres involucrados y queremos que vuele fogosa hasta vuestros ojos.

¡Este es nuestro regalo de Sant Jordi! Podéis entrar y descargar la postal de issuu.

Una princesa, un príncipe y un dragón, ingredientes que se mezclan en original versión.
¡Feliz día del libro!

Título de la postal: «Pienso, fuego existo» ©
Autora del cuento: Isabela Méndez
Autor de la ilustración: Juan Luis López Anaya
@mendezisabela

 

Día Mundial de la Narración Oral

Tirando-los-tejos

Hoy que celebramos el Día Mundial de la Narración Oral, quiero compartir con los “tintiriteros” uno de los cuentos de mi disco.

Esta historia nació de la expresión “Tirar los tejos”, que en España hace alusión a “cortejar”. Cuando la escuché por primera vez me hizo reír. El solo hecho de imaginar la escena fue hilarante.

En mi país, Venezuela, empleamos otras palabras para hablar de lo mismo. Poco después un escrito que había publicado en FB, haciendo referencia a la cocción de lentejas, suscitó un mundo de comentarios, así que entre los tejos y las lentejas, fui trenzando este cuento.

Más tarde, apareció la oportunidad de grabar “Cuentos al vuelo”, cuya producción artística estuvo a cargo de Gaddafi Núñez, y así, “Tirando los tejos” pasó a tener música. Los textos, narración y cantos son de mi autoría, la música y la ejecución de los instrumentos fue realizada por Gaddafi Núñez.

Espero que disfrutéis de este cuento en verso.
¡Besos!

Título del cuento: Tirando los tejos ©
Título del dibujo: ¡Allá vamos! ©
@mendezisabela

 

Reflexiones invernales de un buñuelo


Estoy harta de la ropa:
sombrero, abrigo, pañuelo,
con tanta cosa en el cuerpo,
me siento como un buñuelo.

Semejante vestimenta,
tapa con impunidad,
las curvas que deberían,
marcar la femineidad.

Los críos van en sus coches
bárbaramente empotrados,
y apenas logran mover
los ojos hacia los lados.

En cuanto a los ancianitos,
genera cierta piedad,
verlos arrastrar el peso
del gabán y de la edad.

Para utilizar el metro
y evitar el vaporón,
hay que quitarse la ropa
con cuidado en el vagón.

Debe abrir muy bien los ojos,
mirar en todo momento,
no vaya a perder su gorro
o roben sus documentos.

Y olvídese de rascarse
si le invade algún picor,
porque si consigue hacerlo,
será a costa de su humor.

A menos de que usted tenga
al lado un buen compañero,
que mientras usted se rasca,
le sirva como perchero.

Concluyo que es colosal
aquel concierto brillante,
que Vivaldi le compuso,
al tiempo, siempre cambiante.

Pero sería mejor
y evitaría el estrés,
que en vez de cuatro estaciones
nos quedáramos con tres.

Ante la dificultad
de gestionarlo a mi antojo,
mejor espero arropada
y hago descender mi enojo.

Tendré que beber entonces,
de paciencia alguna ampolla,
para poder soportar,
seguir siendo una cebolla.

Título del escrito y dibujo: Reflexiones invernales de un buñuelo (Técnica mixta) ©
Pincelada de Isabela Méndez
@mendezisabela

 

Sinfonía gozosa

Todo comenzó con los gemidos escandalosos de dos que hacían el amor. A esos gemidos se sumaron otros. Unas semanas después, eran muchos. Como por arte de magia se reproducían de vecindario en vecindario los sonidos del placer, amalgamados con expresiones amorosas y risas de todos los calibres.

Poca gente lograba quedarse impasible tras escuchar los jadeos. Pronto la lubricación de corazones, mentes y cuerpos, reinó en la ciudad.

Se podían percibir distintos idiomas entre la maraña sonora, pero todas las nacionalidades y clases sociales tenían en común ciertos juegos. Había quienes hacían alusiones a animales, a objetos, a profesiones, a fenómenos naturales. También se escuchaban carreras o bailoteos lúdicos, el estruendo de más de un sofá o catre que colapsaba ante tanta alegría, el chirrear de colchones y patas de cama, el golpeteo de copetes contra las paredes. Se podría decir que durante unas semanas, la población colaboró sin saberlo en la composición de una sinfonía gozosa.

Cuando el frenesí bajó naturalmente y los sonidos se fueron espaciando, se descubrió que aquello formaba parte de un plan impulsado por los políticos del lugar. Ante el descenso de la natalidad y el mal humor de los ciudadanos, de modo secreto, se había puesto en marcha la campaña “Asmos.org”, cuyo lema, posteriormente revelado, decía:
Para que los miembros de una sociedad sean amables y tolerantes, han de generar sustancias lubricantes.

Estratégicamente puestos en pisos desocupados, los primeros gemidores fueron actores profesionales, encargados de generar un imaginario sonoro, seductor y contagioso.
Los pisos desocupados fueron otorgados a los gemidores profesionales, como pago a su invaluable aporte a la sociedad.

Esta historia está basada en sueños de la vida real.

Algunas muestras sonoras recogidas durante el evento:

Amor maduro

Los de arriba

Título del relato: Sinfonía gozosa
Título del dibujo: Sinfonía gozosa (técnica mixta) ©
@mendezisabela

 

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