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La Meretriz
-Ponte tu mejor vestido que hoy en la noche vendrás a cenar a casa, y si estás de acuerdo, haz la maleta para no volver- dijo el cliente que se había enamorado de la meretriz.
Ambos se habían visto sorprendidos por un calor dulce en las pupilas, luego de encontrarse varias veces en aquella habitación decorada con telas de peluche, en donde los aromas se iban quedando como capas sobre las paredes, ¡olor a humanidad agitada, a tristeza distraída! Allí habían iniciado un vínculo fiero e instintivo y habían tropezado sin querer con la ternura.
Esa noche a la hora convenida, la Meretriz salió de su habitación con una maleta en la mano, maquillada, con el cabello recogido, un pantalón y el pecho desnudo.
-Porqué no te has vestido, preguntó el hombre- , ella respondió:
-Me he puesto mi mejor gala, no quiero ocultar los senos con que nutriré a nuestros hijos, hoy no voy a tapar con telas mi piel y sus pliegues, son la blusa más fina que he tenido.
Si salgo de aquí ha de ser con el torso desnudo pues allí late mi corazón y él ahora no admite barnices.
Sabes que vengo de fabricar gemidos diarios, de producir placeres sin tregua, de fingir sonrisas para tener un plato de comida, de vestir ropas brillantes con colores que chillan como mascotas olvidadas.
Quiero que esta noche me vista el deseo, me cobije la confianza, me haga de fular tu brazo.
Que nuestra unión sea una nueva ventana para ver el paisaje con los cuerpos ceñidos, buscando que el horizonte nos una en su viaje-.
La Meretriz y el cliente marcharon en silencio, cautivos de su euforia, esa que provocan los pactos sentidos, auténticos, esa que se trepa del plexo solar hasta la tráquea y que hace posible el destino elegido.
Título del relato: La Meretriz ©
Título del dibujo: La mujer robusta © (pastel)
Técnica del dibujo: Pastel
Dibujo y relato de Isabela Méndez
@mendezisabela
Serie de twitts. 3- Una cueva enamorada
Una cueva enamorada de un buzo, al verlo pasar ondulando el agua, le dijo
-quisiera besarte, pero en mi boca hay corales y temo herirte.
Título: Una cueva enamorada
Pincelada de Isabela Méndez
@mendezisabela
Ventajas de ser payaso
De noche el payaso tiene consigo la mejor estrella,
abre surcos y agujeros en lo oscuro,
hace flor su pensamiento,
riza el viento con sus ojos
y entre migajas que escaparon a los relojes consigue alimento.
El payaso vive las horas desde adentro. Él es el tiempo de la risa, del llanto que dormita entre la gente, del cansancio que sucede al bullicio.
El payaso es espejo de sí mismo
sin temor a su reflejo,
hace guirnaldas con la tristeza,
deja desnuda su rabia,
se burla de sus errores y los convierte en aciertos.
Al payaso se le perdona ser franco cuando señala nuestro punto flaco.
Si todos fuéramos payasos, iríamos sin armadura por la calle, nos permitiríamos vestir a nuestro aire, besar y abrazar sin buscar un momento señalado para hacerlo, reír cuando apetece con estruendo, no explicar porqué estamos cabizbajos, admitir el miedo, gritar cuando se desea, hablar solos y cantar en los espacios públicos o a un amigo imaginario, no pedir excusas cuando al salir del baño se nos olvidó subir la cremallera.
Brindo por un mundo de Payasos, en el que se considere normal aquello que tanto nos preocupa esconder de nuestra especie de “señores y señoras domadas” de “gente bien” y seria.
Cuando salga con una pantufla por monedero y use mi nariz roja no solo en escena sino en las diligencias diarias, cuando haya ascendido al nivel de “Payasa a tiempo completo”, ya no me encontrareis en esta tierra, seguro estaré flotando en la galaxia de la paz interior.
Ya no me entoncrareis en esta rrieta, segudo estadé toflando en la lagaxia de la zap inretior ….
Título del escrito: Ventajas de ser payaso © ®
Título del dibujo: Yapasos (Técnica mixta) © ®
Dibujo y escrito de Isabela Méndez ®